jueves, 18 de octubre de 2012

Romance de la Sal y la Pimienta.

La pluma de mi alma, vuela junto a tu cuerpo,
para acariciar tu cara y besar tus ojos negros.
La más bella filigrana que trazara nunca el viento,
al carmesí que la guarda, escribe mi sentimiento.
A letras de fina plata, y tinta de sufrimiento,
que una paloma blanca le pone junto a su pecho.
Dulce y bella carta que firmé con el aliento,
y sellé con la nacar, que dieron tus dulces besos.

Eres como esa mujer morena, pincel de Romero de Torres,
la que corto va contempla frente al cristo los faroles.
Los misterios que te rondan la noche de los temblores,
tiñen de sangre mis venas, el romance de colores, y la pasión de tus prendas.

Qué huelen como  las flores,
atajan caminos y sendas para inspirar mis canciones.
Al acorde de guitarras, ¡ay!, la sal de mis temores,
escriben romances de ronda, al viento de mis amores.
Hoy he mirado la luna, que tiene carita de plata, 
y esa mirada nocturna, invitando a la madrugada, 
entre mil estrellas que acunan, cuando cien luceros le cantan, 
una linda canción de nana, que duerme los astros que callan.

Sueña la luna dulce con su pijama de rallas, 
que todas las nubes suben, para besarle la cara,
entre rallitos de luces iluminando su cara, 
para que todos la miren, cuando se acuesta morada.

Entre besos de arcabuces, suenan cuerdas de guitarras, 
la lunita se puso triste, la noche quiere alegrarla, 
rascando notas de mieles, cantando las sevillanas, 
que bailan los querubines  a las claritas del alba.
Las mozas cuando la escuchen verán saltar las rondallas,
por los balcones que suben las niñas enamoradas, 
de las canciones que ronden las vainicas de tu almohada,
 y que los mozos suspiren sólo por ver sus enaguas.

La miel que la luna toma, es de abeja dorada, 
que sólo las reinas cultivan para endulzarse de natas,
 y las mozas que gimen al verla, reclaman amores al tomarla.

La noche se brinda larga, los mozos quieren besarla.
¿Qué haces lunita plata soñando tan alborotada?, 
el son tañe rallos de nacar, ¿y la tierra? siempre lo tapa.
Si es tu novio por el día, ¿por que en la noche no tienes nada?
tan sólo la luz que te llega, te hace sufrir enamorada.
 
 Sólo las mocitas cuentan las turbas de sus aldabas, 
cuando los mocitos llaman a las puertas de sus casas.
 Llegando amores que causan sufrimientos que se acaban, 
entre las sábanas blancas de colchones mullidos de lana.
 
 
Autor casi casi casi desconocido, se hace llamar Jaime,
y su poema "Romance de la Sal y la Pimienta".
Si quieres ver de dónde lo he sacado, pincha aquí

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